Mes del Corazón de Jesús

             

Lo que nos enseña el Papa Francisco sobre el Corazón de Jesús

 

                                                       El relato de la muerte de Cristo según Juan es fundamental. Este evangelista testimonia de hecho aquello que vio en el Calvario, o sea que un soldado, cuando Jesús ya estaba muerto, le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua (cfr Jn 19,33-34). Juan reconoció en aquel signo, aparentemente casual, el cumplimiento de las profecías: del corazón de Jesús, Cordero inmolado sobre la cruz, brota el perdón y la vida para todos los hombres.

                                                               Pero la misericordia de Jesús no es sólo sentimiento, es más, es una fuerza que da vida, ¡que resucita al hombre! Nos lo dice también el Evangelio, en el episodio de la viuda de Naím (Lc 7,11-17). Jesús acompañado de sus discípulos está llegando justamente a una ciudad llamada Naím, un pueblo de Galilea, en el momento en el que llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda. La mirada de Jesús se fijó inmediatamente en la mujer en lágrimas. Dice el evangelista Lucas: «Al verla, el Señor se conmovió» (v. 13). Esta «compasión» es el amor de Dios por el hombre, es la misericordia, o sea la actitud de Dios en contacto con la miseria humana, con nuestra indigencia, nuestro sufrimiento, nuestra angustia. El término bíblico «compasión» evoca las entrañas maternas: de hecho, la madre experimenta una reacción exclusivamente suya frente al dolor de los hijos. Así nos ama Dios, dice la Escritura.

                                               Y ¿cuál es el fruto de este amor? ¡Es la vida! Jesús dice a la viuda de Naím:«¡No llores!», luego llamó al muchacho muerto y lo despertó como de un sueño (cfr vv. 13-15). Pensemos en esto. Es bello. La misericordia de Dios da vida al hombre, lo resucita de la muerte. El Señor nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. ¡No tengamos miedo de acercarnos a Él! ¡Tiene un corazón misericordioso! Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él nos perdona siempre. ¡Es pura misericordia! No olvidemos esto: es pura misericordia. ¡Vayamos a Jesús!

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Solemnidad de Pentecostés

Esta bella canción nos unirá en la súplica común. Que el Espíritu descienda sobre cada uno de nosotros

y encienda nuestro corazón.Tómemos un rato para escucharla, meditar su letra y hacerla oración

 

 

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Día 7

De los Hechos de los Apóstoles

Después de navegar hacia diversos lugares, nos embarcamos para Fenicia. Allí encontramos a los discípulos y nos quedamos siete días. Pasados aquellos días salimos siguiendo nuestra ruta. Todos nos acompañaron con mujeres y niños. En la playa nos arrodillamos y oramos, luego nos despedimos y subimos a la nave. Después fuimos a Cesarea. Entonces un profeta tomó el cinturón de Pablo, se amarró manos y pies y dijo: “esto dice el Espíritu Santo. Así amarrarán los judíos al dueño de este cinturón. Y lo entregarán en manos de los extranjeros.” Al oír esto, todos les rogamos a Pablo que no subiera a Jerusalén.

Pablo contestó: ¿Por qué me destrozan el corazón con sus lágrimas? Yo estoy dispuesto por el Nombre del Señor Jesús, no sólo a ser encadenado sino a morir en Jerusalén. Como no logramos convencerlo, dejamos de insistir y exclamamos: Hágase la voluntad del Señor.

                                                                                                                                                                                                   Palabra de Dios

Detengámonos un momento para pensar en las persecuciones que sufren hoy tantos misioneros. Hechos reales, numerosos, dolorosos.

Nos arrodillamos en la playa: bello cuadro el de estas familias orando con Pablo. El Espíritu ilumina a los discípulos de Cristo para que se vaya configurando una nueva civilización.

Estoy dispuesto a morir. Pablo había escrito: “siempre estamos enfrentando la muerte por causa de Jesús”. De modo que su forcejeo con los hermanos de Tiro y de Cesarea iba fundado no sólo en convicciones firmísimas, sino también en la experiencia acumulada durante tantos años. Sólo una fidelidad a Cristo hasta la disposición del martirio, marca el nivel exacto de nuestra capacidad de testimonio.

Nos preguntamos: ¿estamos dispuestos a sufrir algo cotidiano, una pequeña contradicción por causa de Jesús? ¿somos capaces de tolerar de buen grado las dificultades que nos significa su seguimiento?

Oración: Envíanos tu Espíritu Santo que nos dé la fortaleza que necesitamos para llegar a ser buenos testigos, sin retroceder ante los sufrimientos.

 

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Día 6

Del libro de los Hechos de los Apóstoles

Pablo estaba en Éfeso y encontró a un grupo de discípulos a los que preguntó: ¿Recibieron el Espíritu Santo?

Ellos le contestaron: Nosotros ni siquiera hemos oído que se pueda recibir al Espíritu Santo

Pablo les predicó y ellos lo escucharon. Y fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesús. Y como Pablo les impusiera las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo: hablaron en lenguas y profetizaron.

Pablo entró en la sinagoga, donde predicó con mucha seguridad por espacio de tres meses y trataba de persuadirlos que creyeran en el Reino de Dios…. Aunque algunos criticaban el Camino, Pablo continuó predicando durante dos años, de tal manera que todos los habitantes de Asia, tanto judíos como   griegos, pudieron escuchar la Palabra del Señor.

                                                                                                                                                                                          Palabra de Dios

Lucas nos narra un episodio extraño, pero que es una advertencia para nuestras comunidades. La ignorancia sobre la existencia del Espíritu Santo que manifiestan los discípulos aquí, sigue afectando la vida de más de un bautizado en nuestros días.

Aunque lo proclamamos en el Credo…en la práctica ¿cómo estamos? Basta repasar ciertas corrientes de espiritualidad, libros y fórmulas que parecen decir: Ni siquiera hemos oído que hay un Espíritu Santo.

En lo que a formación de las conciencias se refiere, todavía se dan lagunas. El libro de los Hechos tiene sus páginas atestadas de testimonios sobre la presencia y actividad del Espíritu Santo, pero hay subsidios catequísticos que parecen ignorarlo. Todas las iniciativas evangelizadoras se deben al Espíritu Santo, pero luego no lo invocamos suficientemente para proseguir en tareas que no deben detenerse.

Nos preguntamos: ¿Qué lugar ocupa el Espíritu Santo en nuestra vida? ¿Lo tenemos presente, lo invocamos, lo anunciamos?

Oración: Señor, que tu Espíritu venga en ayuda de nuestra debilidad, porque no sabemos pedir como nos conviene.

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Dìa 5

Lectura de los Hechos de los Apóstoles

Atravesaron Frigia, Galacia, y Micia y  bajaron a Troás. Allí Pablo tuvo una visión: un macedonio estaba de pie, suplicándole: “Pasa a Macedonia y ayúdanos”. Al despertar nos contó su visión y comprendimos que el Señor nos llamaba para evangelizar Macedonia.

Nos embarcamos y después de un itinerario desembarcamos en Filipos que es una de las principales ciudades de la Macedonia. El sábado salimos a las afueras de la ciudad, junto al río, donde Pablo suponía que los judíos se reunían para orar. Nos sentamos y empezamos a hablar con las mujeres que allí se reunían. Mientras escuchaban… el Señor le abrió el corazón a una tal Lidia que era de los “que temen a Dios”. El Señor le inspiró a que tomara en serio las palabras de Pablo. Y cuando ella y su familia recibieron el bautismo, nos suplicó que nos quedáramos en su casa.

                                                                                                                                                                                         Palabra de Dios

¡Ven y ayúdanos! Este ruego del macedonio es el clamor de 3500 millones de hombres y mujeres que sienten ansias implícitas de conocer a Cristo. ¡Qué lástima que escaseen los Pablos para reaccionar sin pérdida de tiempo: “apenas tuvo esta visión, tratamos de partir para Macedonia, convencidos de que Dios nos llamaba para que la evangelizáramos”.

Familias cristianas: en una civilización de tantos quilates humanos aparecen ya las familias cristianas como iglesias domésticas, como es este caso de Lidia, quien se bautizó con toda su familia.

“¡Sigue predicando y no te calles!” Al Apóstol no le había ido bien en algunas ciudades; tampoco resultaba fácil echar los fundamentos de una nueva sociedad. Pero había allí un pueblo numeroso que el Señor le tenía reservado y cuyo testimonio aparecerá años después.

Nos preguntamos: ¿Estamos atentos a las personas y situaciones que nos rodean, para tratar de evangelizarlas? ¿o siempre encontramos excusas para ni siquiera intentarlo?

Oración: Mándanos, Señor tu Espíritu Santo, para que recordemos que muchos no creerán si nosotros no le anunciamos la fe.

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Día 4

En Antioquía, en la Iglesia que ahí estaba, había profetas y maestros. Mientras celebraban el culto del Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Sepárenme a  Bernabé y a Saulo y envíenlos a realizar la misión a la que los he llamado. Hicieron oraciones, les impusieron las manos y los enviaron. Entonces ellos, enviados por el Espíritu Santo, bajaron a Seleucia. Predicaron la Palabra en Perge hasta la costa de Atalia. De allí navegaron hasta Antioquía, de donde habían partido.

A su llegada reunieron a la iglesia y se pusieron a contar todo lo que Dios había hecho por medio de ellos y cómo había abierto la puerta de la fe a los paganos.

                                (del libro de los Hechos de los Apóstoles)

                                                                                                                                                                              Palabra de Dios

Historia, pero también esquema eclesial: ¡el esquema de comunidad dócil a la acción del Espíritu Santo!

La partida: Pocas palabras bastan para describir la escena: el Espíritu Santo inspira la propuesta; la comunidad responde con obediencia. Estamos en lo esencial, en lo genuino: una iglesia orante tiene dinamismo misionero. Campean la palabra y el Espíritu.

El regreso: como eco de la predicación de los apóstoles nacen las comunidades; y la emoción mayor: el informe a la comunidad de origen. La gran alegría se cifraba en el hecho de que Dios había abierto la puerta de la fe a los paganos.

Nos preguntamos: ¿Somos comunidades orantes tan fervorosas que el Espíritu Santo ´puede hallar respuesta a sus mociones vocacionales y misioneras? En caso negativo ¿cómo pensamos mejorar?

Oración Envíanos tu Espíritu, Señor, para que seamos comunidades más orantes y con una constante actitud misionera, de modo que, por nuestras palabras, pero especialmente con nuestros gestos, a muchos se les abra la puerta de la fe. Amén.

 

 

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Día 3

Lectura del libro de los Hechos de los Apóstoles

Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: Verdaderamente reconozco que Dios no hace diferencia entre las personas, sino que acepta a todo el que lo honra y obra justamente sea cual sea su raza.

Todavía estaba hablando cuando el Espíritu Santo bajó sobre todos los que escuchaban la Palabra. Y los creyentes de origen judío que habían venido con Pedro quedaron atónitos: “¡Cómo! Dios regala y derrama el Espíritu Santo sobre los que no son judíos” Y era pura verdad: los oían hablar en lenguas y alabar a Dios.

Entonces Pedro dijo: ¿Quién podría negar el bautismo a quiénes han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros? Y mandó bautizarlos en el Nombre de Jesucristo.

                                                                                                                                                                        Palabra de Dios

El ingreso de los paganos en la Iglesia: un paso decisivo en la apertura de la primera comunidad a la universalidad de la salvación.

Baja el Espíritu Santo. Ayudando todavía con los hechos la predicación de Pedro, desciende el Espíritu Santo. La perplejidad de Pedro en bautizar sin duda era real, porque se defiende luego ante la comunidad de Jerusalén: …”el Espíritu Santo descendió sobre ellos como lo hizo al principio con nosotros”

Enseñanzas para nosotros: el Espíritu anima a la Iglesia a la misión universal y nos exhorta a superar los prejuicios y discriminaciones que se oponen como barreras a la evangelización y a la administración de los sacramentos. Por fin nos recuerda que, en las grandes encrucijadas de la historia, donde se impone el cambio, la renovación y la adaptación; el Espíritu Santo encontrará la forma de superar nuestro inmovilismo, nuestras dudas, nuestro pecado.

Pensemos… ¿cuál es nuestra actitud ante los cambios? ¿Estamos dispuestos después de haber rezado y discernido? O, mejor… ¿nos encerramos en la comodidad y el miedo?

Oración: Te pedimos Señor que nos hagas siempre disponibles a escuchar la voz de tu Espíritu y que no tengamos miedo de cambiar y aceptar las novedades a las que siempre nos empujas. Amén

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Día 2

“El Espíritu dijo a Felipe: Adelántate y únete a ese coche. Felipe corrió y escuchó que el etíope que iba en el coche leía al Profeta Isaías. Felipe le preguntó: ¿entiendes lo que lees? El etíope contestó: Si nadie me explica, ¿cómo voy a entender?...

Felipe partiendo de ese texto, le anunció a Jesús.

Siguiendo el camino llegaron a un lugar donde había agua. El etíope dijo: Aquí hay agua. ¿Por qué no sería yo bautizado?  Felipe le dijo: Si crees con todo tu corazón, se puede. Él contestó: creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.

Entonces hizo parar su coche y bajaron ambos al agua. Felipe bautizó al etíope. Cuando salieron del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe: el otro no lo vio más y siguió su camino muy alegre.

                                                                                                                                                                                (del libro de los Hechos de los Apóstoles)

La iglesia avanzaba en el anuncio de Jesús. En este episodio la Iglesia se va lejos, en la persona del diácono Felipe.

Acércate y camina junto: es una orden que el Espíritu Santo comunica al diácono Felipe. ¡Bella fórmula para la iglesia y para nosotros! ¡Acércate! No esperemos que alguien, por casualidad, venga a nuestra comunidad. Pongámonos en marcha nosotros, porque el mismo Espíritu que movió a Felipe, nos anima a nosotros.

¿Comprendes lo leído? A veces nosotros ponemos en mano de la gente ejemplares de la Biblia. Eso no basta. Más de uno podría repetir la queja: ¿cómo lo puedo entender si no hay quien me lo explique?

Pensemos: ¿nos acercamos y caminamos junto a los otros? Aunque de manera muy sencilla, ¿aprovechamos las ocasiones para explicar algo sobre Jesús?

Oración

Escucha Señor nuestra oración y haz que, mediante nuestro anuncio de Jesús, todos los hombres comprendan y amen tu Palabra. Amén

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Día 1

"Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo: Vean ustedes mismos si está bien delante de Dios que les obedezcamos antes que a él. No podemos nosotros dejar de hablar de lo que hemos visto y oído"  (del Libro de los Hechos de los Apóstoles)

Pedro habla lleno del Espíritu Santo, así tiene que hablar siempre la iglesia: con la predicación de sus pastores, la catequesis de sus educadores...en la familia, en la parroquia, en el colegio...Para sentirnos animados por el Espíritu Santo ¡oremos!

El Espíritu asegura a la iglesia la fidelidad de proclamar a Jesús, de no ponernos nosotros mismos en el candelero. Y esto vale para todos.

No podemos callar... a los apóstoles le prohibieron terminantemente que dijeran una sola palabra acerca de Jesús. A más de una comunidad cristiana habría que obligarlas a decir siquiera una palabra sobre Jesús. La escasez no se debe a Dios, que nos dijo en Jesús todo lo que cabía esperar. Escasos somos nosotros, en meditar esa Palabra y proclamarla.

Pensemos: ¿decimos nosotros una palabra sobre Jesús?... ¿Cuándo? ¿a quiénes?

Oración

Escucha Señor, nuestra oración y haz que, mediante la predicación del evangelio, llegue a ser realidad en todo el mundo la salvación inaugurada por la resurrección de tu Hijo; y que todos los hombres alcancen la adopción filial que él anunció con su palabra de verdad. por Cristo, nuestro Señor. Amén.